Cuánto tiempo espero para hablar contigo,
se me escapan de las manos los minutos cuando no tengo tu voz,
echo de menos tu mirada nada más levantarme...
Me cuelgo de tus suspiros en el teléfono,
me balanceo en cada palabra que unes
cuando pronuncias mi nombre...
Me ciño a las medidas que guardan las distancias
para no acercar tu cintura a la mía
y que la noche pase a ser eterna.
Me quedo con las formas que guardo
al querer besarte mientras me miras
y siento que pierdo el norte cuando ambos callamos.
No sé cómo pararme a mirarte
si provocas en mí algo raro
que me impide mantenerme consciente.
Sabes que te espero, que te miro y no salen las palabras
que quisiera decirte... En poco tiempo
y ya no me imagino ni un sólo día...
Sin depender de un hilo en el teléfono.
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