He dejado abierta la vereda de mis piernas
para gritar en silencio
el dolor que tú
escupías sobre ellas,
he dejado caer mis lágrimas
sin saber como maquillar mis heridas,
esas, que tu sucio olor a alcohol marcaban...
Me encerré en el calendario
y jamás vi pasar los días,
por esa manía tuya de bajarme a los infiernos cada noche,
por esta manía mía de creerte
cuando tú,
decías que me querías en forma de reproches...
Me he acostado con la mediocridad,
para así, saber realmente que para ti,
yo no valgo nada en realidad,
me han hecho falta las horas
para cubrir cada morado,
me han hecho falta ese jodido tiempo
que no pronuncia tic-tac alguno
y se manifiesta como eterno,
me han hecho falta las humillaciones
para creer que esto lo merezco,
me ha hecho falta la destrucción,
para creer que toda la culpa es mía,
para creer que no hallaré perdón
y para saber,
que quisiera mantener esa distancia
que antes, no tenia cabida entre tu vida y la mía.
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