Dime...
Dime cómo te olvido si sólo recuerdo tus sonrisas,
si cada minuto que pasa añoro cada una de tus caricias,
si cada noche se me hace un poco más larga por estas ganas locas
de tenerte, de hablarte, de mirarte, de rozarte, de escucharte...
Dime...
Dime cómo no pensarte si tengo tus miradas clavadas en mis labios,
si aún guardo mis sonrisas y mil momentos que dedicarte,
si cada vez que salgo a la calle aumenta la tentación de ir a buscarte,
de volver a abrazarte, de que pase el tiempo y el miedo se calle...
¡Dime!
¡Dime cómo desprenderme de tu nombre
si lo llevo en silencio en mis latidos!
¡Si mis intentos de versos es la desesperación
que siento en esta soledad al recuperarte!
¡Dime!
¡Cómo olvidar que te marchaste si en mi cama aún te sueño,
si recuerdo el tacto de tu cuerpo, el sonido de tu risa,
mis ganas, tus manos, tus guiños, tus sonrisas,
tus palabras, tu deseo...!
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