He prostituido a mis sentimientos
para así no nombrarte,
para olvidarme del tacto de tu cuerpo,
he vendido a mi sensatez
para emborracharme con tus mentiras,
aquellas que decías cuando me querías,
he ahorcado al tic-tac del tiempo
para que deje de recordarme el daño
ya que, es en el rincón de mi recuerdo
donde sólo queda mierda y escombro
de un amor fingido,
de la simulación de un te quiero
ese, el cual yo creía perfecto.
Pronuncié la huida en el silencio
a gritos callados en algunos momentos
creyendo que yo era única,
creyéndome cada uno de tus besos...
Hoy, sólo quiero la despedida,
esa que no tenía cabida entre tu vida y la mía.
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