Me aturde la ansiedad,
se desnuda el recuerdo,
me puede la ceguedad
por no llegar, conmigo misma, a un acuerdo.
Busco en mis horas de soledad,
un minuto que aparentemente, esté cuerdo
y no me reproche aquello que no puedo controlar,
hoy he dibujado versos en mi cuerpo
pero sin ningún especificado final,
pensé que podría detener mi tiempo
pero el tic-tac no tiene dónde parar,
me estremecí cuando escuché a mi pensamiento,
¿cómo me puedo llegar a odiar?
Me refugié en el silencio de un único momento,
en mi habitación, dónde tengo mi tranquilidad,
pero no sucede ese acercamiento
entre "yo" y mi soledad,
siento un leve suspiro que provoca un ahogamiento,
está llamando a mi pecho, de nuevo, la ansiedad,
caigo rendida, busco en un rincón el aislamiento
en el cual, nadie me pueda ver llorar...
Parece que llegamos a un entendimiento
"tú me controlas, pero no me harás marchar"
no puedo oponerme, asique, rendida, asiento,
pues sé que aunque huya,
ésta no me dejará de acechar...
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