Quiero enredar mis versos
en el camino de tu espalda,
quiero saciar la sed
con la magia de tus palabras,
quiero interpretar cada caricia
hablando sólo con las miradas,
quiero asomarme al abismo de tus ojos
y tener tu calor de madrugada...
No sé como lo haces, tú, poesía,
pero mantienes mi cabeza ocupada,
no puedo dejar de pensarte, de nombrarte
ni de escribirte sobre mi almohada.
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